miércoles, 12 de noviembre de 2008

EL LICENCIADO TACHITO

Corrían aquellos entrañables años de la escuela superior, teníamos un compa al que apodábamos el Tachito, no recuerdo su nombre, sus apellidos nunca se los pregunte, Artemio, un amigo de los que se juntaba con nosotros, fue el que lo trajo al grupo, su origen era sumamente humilde, proveniente de un pueblito de Oaxaca, lo se, por que en una peda de esas en que ya todo mundo se fue y solo unos cuantos se quedan aferrados a su copa sin la menor intención de retirarse de la fiesta, me lo contó.

-No compadre, allá en mi pueblo, ni luz tenemos, yo aquí estoy solo como perro, y nomás me aguanto por darles la satisfacción a mis jefes, ellos no tuvieron estudios, ni ninguno de mis hermanos, la verdad estamos bien jodidos, pero me apoyan con lo que pueden, por que quieren que un dia llegue con mi titulo de licenciado, al principio no quería dejarlos, mi pueblo es pequeño y aquí a veces hasta me pierdo, pero a mi no me espanta nada, yo estoy acostumbrado a caminar toda la noche de un pueblo a otro así lo hacia pa ver a mi novia que vivía en el pueblo de abajo-
me decía, mientras acababa su trago-.

-Y ya me voy por que la señora donde vivo se encabrona por que llego tarde y a veces ni me deja entrar. –Dicho esto agarro su mochila y se encamino a la puerta-.

Le pregunte a mis compas si alguien sabia donde vivía el Tachito, algunos decían que por el Palacio de los Deportes, otros que por la Agrícola Oriental, al parecer a todos les valía madres como se fuera el Tachito.

Apure mi trago, y salí con la intención de llevarlo a su casa, lo busque por las calles cercanas a la casa donde había sido la fiesta, regrese a la escuela para ver si lo veía por ahí, sabia que no traía dinero para pagar un taxi y a esas horas el metro ya estaba cerrado, no lo encontré, resignado, tome la vía rápida del circuito interior con rumbo a mi casa, y a la altura del eje Uno Norte, lo vi caminando, por la velocidad que llevaba, no pude pararme en ese lugar, vi por el retrovisor para asegurarme que era el, su delgada figura y su baja estatura, -tal ves causada por la desnutrición que padeció desde niño- lo hacían inconfundible, prendí las intermitentes y lo espere, cuando me vio pude ver como su rostro se iluminaba.

-Quibole compadre que andas haciendo por acá, yo te hacia allá eN la fiesta-.

-No Tachito la fiesta ya se acabo, pero súbete te llevo a tu casa, ¿por que venias caminando por la vía rápida? Es peligroso-.

-Por eso me vengo por ahí compadre pa llegar rápido al cantón, si no la pinche vieja no me deja entrar.-

Nunca supe como se llamaba la colonia donde vivía, no era ni por el Palacio de los Deportes, ni en la Agrícola Oriental, solo se que era una de las colonias mas olvidadas de México, igual que cuando termino la escuela y muchos olvidamos al Tachito, o mejor dicho al Licenciado Tachito, seguramente orgullo de ese pequeño pueblito de Oaxaca.

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