viernes, 1 de agosto de 2008

DE MAL KARMA, MALDICION, MAL DE OJOY OTROS.






Hace unos días me invitaron a una junta en Villahermosa, con compañeros de Mérida, Tuxtla, Ciudad del Carmen, Veracruz y México, con el fin de organizar la operación de
uno de los nuevos aviones que recientemente adquirió la empresa, y sustituirá al que se tenia rentado, para la operación y enlace con el occidente del país, se trata de un par de aviones Bombardier CRJ de fabricación francesa, después de la junta por la tarde noche, nos trasladamos al aeropuerto de Villahermosa, a conocer el avión, checar tiempos de carga y áreas de oportunidad para mejorarlos, para empezar, el plan era simple, se suponía que los accesos al aeropuerto, ya estaban autorizados, veríamos el avión, el proceso de la descarga, iríamos a cenar algo cerca del hotel, para descansar, y estar al día siguiente a las 06:00 hrs. nuevamente observando la llegada y descarga del avión .
Sin embargo, desde la llegada al aeropuerto, tuvimos problemas con el acceso, al parecer a alguien se le olvido informar de nuestra visita, así que esperamos en una salita repleta de moscos hambrientos, una ves que se nos permitió entrar, comenzó una leve llovizna, que mas tarde se convertiría en un mega aguacero, parecería chiste y de hecho bromeamos con los sucesos que se venían presentando uno tras otro, nos informaba el mecánico y el jefe de aeropuerto que el avión tenia una falla con un panel, al parecer ocasionado por la batería del avión que no retenía la carga, en pocas palabras le pasaron corriente a nuestro avión, ya nos veíamos empujándolo y gritándole al capitán !!!!sacalo en segunda¡¡¡¡ y la cosa no paraba ahí, la falla afectaba directamente al sistema de carga de combustible, por lo que la carga se hizo de la pipa a los tanques “por gravedad” algo así como chupale a la manguera y ponle $150.00 de turbosina sin plomo, nos explicaron que este proceso era poco regular, y por esta situación solo se abastecería con lo suficiente para el viaje de ida y la cantidad de reserva que marca el reglamento para un procedimiento de emergencia, después de estas peripecias, y con bastante tiempo de retraso, por fin salio el vuelo, rumbo a Guadalajara, pero como la noche era joven, a nosotros aun nos faltaban varias peripecias mas.
Mojados, con hambre y manejando entre la fuerte lluvia, aun con ánimos de bromear, acerca de las inundaciones pasadas en esa ciudad, donde ni los olmecas se atrevieron a quedarse, llegamos por fin al hotel, donde la siguiente sorpresa, calamidad, karma, maldición, o como cada quien lo quiso ver, se hizo presente, nuestras reservaciones habían sido canceladas, como si todo el cosmos se hubiera confabulado contra nosotros en esa noche, después de discutir inútilmente con un empleado de la recepción que bien a bien no atinaba a decirnos el motivo real por el que no se nos había respetado nuestra reservación, salimos con nuestras maletas, buscando un lugar donde cenar algo decente que mitigara un poco la mala racha, entramos a un Benigans, resignados a lo que pudiera pasar, así es que la mala atención, lo tardado del servicio, el que nos cerraran la cocina, los baños y demás, no nos extraño en lo mas mínimo, terminamos la noche –mejor dicho la madrugada- en el hotel Maya Tabasco, donde el olor a humedad era insoportable, los pasillos inundados por las múltiples goteras, pero que mas podíamos pedir después todo lo acontecido.
Nos levantamos a eso de las 05:00 hrs. Para estar puntuales en el aeropuerto, cuando nos avisa el responsable de estaciones aéreas que el vuelo se retrazo y llegaría tarde, por el mismo problema de la batería, volvimos a dormirnos, mas tarde desayunamos y nos fuimos a nuestra cita, después de observar el proceso de descarga, y la obligada foto en la cabina de los pilotos, partimos cada uno a nuestras ciudades de origen, rompiendo con esa racha de malos ratos.