jueves, 15 de mayo de 2008

EL VIAJE DE LOS DIEZ AÑOS (segunda parte)

Salimos del D.F. muy temprano rumbo a aquel lugar que tantas veces visite desde niño pasando por la adolescencia, y parte de mi vida adulta, tenia mas de Diez años de no ir, y miles de recuerdos golpeaban mi cabeza, como cuando era niño y de la mano de mi abuela caminábamos de la casa al lugar donde hacia parada el camión, y pasábamos a una panadería a comprar pan de dulce y bolillos, que ella les llevaba a sus parientes, gente humilde, de rancho, para los que comer pan de dulce acompañando su café negro de olla, representaba un verdadero lujo, una caja de huevo llena de la mas variada selección de pan dulce -pan de México como le decían en el pueblo- y una mas de bolillo calientito, de ese que esta recién salido y tanto se antoja por el olor que se percibe desde una calle atrás ,de ese al que lo despanzurraba, para sentir el migaron calientito entre mis dedos, y comer la parte doradita aun caliente.
Todo me parecía tan cambiado, desde la carretera, el avance de la mancha urbana, y todos los poblados por los que pasábamos, emocionado le decía a mi hijo, mira, esta hilera de árboles que flanquea la carretera esta desde hace muchísimos años, recuerdo que mi abuela me decía que ya estaban desde que ella era joven, en ese tiempo se le conocía como camino real, y ahora flanquea un solo sentido de la ampliada carretera a 4 carriles y la otra hilera se convirtió en camellon.

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