miércoles, 10 de diciembre de 2008

DISERTANDO

Ya pasaron cinco días desde mi cumpleaños, y en medio de la vorágine en la que en estos momentos esta envuelta mi vida personal y laboral, me pareció pertinente tomar un respiro, hacer una remembranza de estas fechas, y viajar algunos años atrás.

Pareciera ser que el mes de Diciembre se había convertido en una execrable temporada, en lo que concierne a lesiones físicas, enfermedades, situaciones enfadosas y demás, esto va desde contracturas en la columna, piedras en los riñones, colitis nerviosas, etc.

Mas allá de culpar a la confabulación del cosmos en mi contra, el mal karma, o el mal de ojo, la disertación de esta auto retrospectiva, me llevo a la conclusión de que todas estas tesituras, han sido consecuencia de la exigencia a mi mismo, la falta de atención a síntomas claros que me advertían un decremento en mi salud, y a factores totalmente ajenos y fuera de mi alcance, llamémosle eventualidades.

El mensaje –si puede haber uno- es que la vida es tan sencilla o complicada como la queramos.

Hace casi un año deje de tomar refrescos, hago ejercicio, me puse en manos de un especialista, y he bajado mas de diez kilos de sobrepeso, me levanto cada día, pongo los pies descalzos en el piso, y doy gracias por un día mas, doy gracias por mi familia, doy gracias por la gente que quiero y me quiere, doy gracias por lo poco o mucho que tengo y valoro cada momento de mi vida.

La vida es una singular combinación de azar, destino y carácter

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